En tan difíciles días que hemos tenido que vivir, luego de una pausa en estas redes, consideré que como ciudadano debo expresar mí sentir. Sin duda alguna son muchos sentimientos encontrados, lastimosamente en esta oportunidad, no son positivos.
¿Hasta dónde hemos llegado? ¿Por qué hemos llegado a tanta barbarie, tanta insensatez? ¿Qué futuro nos espera?, estos y muchos más me han acompañado en los últimos días y estoy seguro que no solamente a mí me inquita esta actualidad llena de incertidumbre. Muchos de mis conocidos y amigos me preguntan mí opinión, debo reconocer que efectivamente y como lo he dicho en oportunidades anteriores, muchas cosas deben mejorar, otras deben cambiar y otras las debemos inventar.
Llegó el momento de dejar de lado cualquier tipo de diferencia que podamos tener y mirar todos el mismo norte, el mismo objetivo, la misma meta. Como sería todo de diferente si muy a pesar de nuestras diferencias lográramos encontrar el camino de la construcción y no el de la destrucción; apartarnos del egoísmo y encontrar la tan nombrada concertación.
Cuando iniciamos el camino para enfrentar la “Pandemia”, se puso de moda el reinventarse, buscar alternativas para el sustento y superar el tener que quedarnos en casas y tener que ver como con el paso los días las cosas se complicaban más, ver como cada día el desempleo aumentaba más y paralelamente muchas empresas tuvieron que cerrar que cerrar y perder años de trabajo.
Me preocupa el escuchar con tanta fuerza gritar “EXIGIMOS” pero desde niño aprendí que toda exigencia trae consigo un aporte, de hecho, el dicho dice: “Hay que dar para recibir” o como aquel juego de la pirinola donde decía: “todos ponen”. Debemos aterrizar en la realidad, esa no la podremos ocultar y como tal debemos asumirla, unirnos en una manifestación multitudinaria llamada Colombia para que transcurrido u tiempo se note el cambio, disfrutemos del fruto del esfuerzo común, del aporte colectivo.
Hoy como ciudadano del común y corriente y respetando las diversas posiciones y opiniones, desde este lugar hago este llamado a que en verdad busquemos ese objetivo común, donde todos, absolutamente todos quepamos y seamos capaces de dejar de lado tanto resentimiento, tanto odio, tanto dolor, aprender a perdonar y edificar para dejar un mejor mundo a quienes nos siguen en el camino de la vida, escribir en la historia de la humanidad que fuimos capaces de superar no solo la pandemia sino algo más profundo. Logramos edificar cuando nadie lo esperaba simplemente porque todos aportamos.
Excelente así es Recuerdos muy gratos
Exelente un abrazo siempre el bien comun.
Buen artículo con un inmenso valor que lejos de atizar la hoguera social e insistir en buscar responsables se concentra en ser propositivo, conciliador y optimista!